Una de las mejores maneras de descubrir el mundo es a través de los ojos de los niños. Los que los tenemos lo sabemos. Sin embargo, no hace falta ser madre o padre para compartir con ellos este tipo de experiencias. El otro día una amiga maestra, a la que le encantan los niños y por eso ha estudiado el Grado en Educación Infantil, me hablaba de lo interesante que son para ella los viajes educativos con los más pequeños, en los que, tanto ellos como nosotros aprendemos cosas nuevas.
Estudiar educación infantil ha sido para ella todo un acierto. Tras haber cursado el Grado en Educación Infantil comenzó a dedicarse a la docencia y desde entonces, varias veces al año, organiza excursiones con sus alumnos. A la hora de organizar este tipo de viajes, seamos maestros o padres, es importante que tengamos en cuenta varios aspectos:
- Los gustos de los niños: si hacemos un plan que tenga en cuenta las aficiones de nuestros hijos, su motivación será mucho mayor y su predisposición muy positiva. Al mismo tiempo, a la hora de diseñar la actividad es importante que los dejemos participar para que se sientan valorados.
- Los valores educativos que queremos trasmitirles: si tenemos a un grupo de niños, es la oportunidad perfecta para poner en práctica conceptos como el compañerismo, la generosidad, el respecto, la empatía, etc. Si por el contrario realizamos la actividad con un único niño, podemos practicar valores como la escucha activa, la creatividad, el respeto, etc.
- El formato de la actividad: este va a variar en función de muchos factores. Puede realizarse en interiores o exteriores, según la época del año; puede ser de uno o varios días; puede consistir en un viaje o en una actividad en la naturaleza, etc.
Teniendo en cuenta estos aspectos, el abanico de actividades que podemos hacer con ellos es enorme. A continuación, os dejo algunas que he hecho con mis hijos y de las que más he disfrutado:
- Una ruta de senderismo: la naturaleza es el clima perfecto para que los más pequeños se olviden del estrés y de la contaminación de las ciudades, por eso esta actividad es sin duda un acierto. A lo largo de todo el territorio español existen numerosas zonas naturales a las que podemos llevar a nuestros hijos para que conozcan tanto la flora como la fauna.
- Una excursión a la playa: un día en la playa es una actividad muy motivadora para los niños, sobre todo si no están en contacto con el mar habitualmente. Es una buena ocasión para que entren en contacto con los diferentes elementos que van a ir viendo: conchas, rocas, agua salada, etc.
- Actividad creativa en el bosque: los bosques son ideales para dejar volar su imaginación y es un ambiente que despierta su curiosidad. Por eso, y promoviendo su creatividad, podemos proponerles una actividad en la que emplearemos los distintos elementos del paisaje: piedras, ramas, hojas… Incluso, al volver hacia casa podemos llevar con nosotros algunas de ellas y utilizarlas en actividades de manualidades, siempre teniendo en cuenta el respeto por el medio ambiente y que nuestro impacto sobre el mismo sea mínimo.
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¡Excelente artículo! Hace unos meses tuve la oportunidad de viajar a la hermosa Isla de Margarita en Venezuela con mis hijos y fue una experiencia muy agradable, al principio estaba un poco asustada porque era la primera vez que viajaba con mis niños, pero gracias a que tuve un buen alojamiento, destinos donde jugar, espacios recreativos y sobretodo seguridad, el trabajo se me hizo más fácil. En esta travesía me encontré con Navicu se los recomiendo, me ayudaron mucho a planificar este viaje. Me ha encantado su blog, creo que viajar en familia es lo mejor, los hijos crecen muy rápido y es importante crear buenos recuerdos en familia.
23 mayo, 2018 at 03:32