Hemos tenido la buena suerte de poder viajar mucho con nuestros hijos. No les importa hacer viajes de 4 a 5 horas por carretera, la verdad es que lo llevan muy bien, se portan genial en el coche los tres. Se entretienen bastante y en general no se quejan demasiado. Este verano saldremos de viaje también con mi sobrina Valentina, y la verdad es que, aunque lo estoy deseando, también me da algo de miedo volver a llevar un bebé de viaje, sobre todo en el tema de comidas mientras viajamos.
Yo a mis hijos les hago cajas de comida con diferentes tipos se alimentos, según el gusto de cada uno, así que voy a idear también una para la más peque, y además añadiré un par de tarritos infantiles, como los de Smileat que le daba a Valeria, porque tienen un montón de variedades diferentes, tanto dulces como saladas, son sanos y perfectos para dárselos en cualquier momento, seguro que le encantan.
Las cajas de alimentos tienen un doble propósito. Primero, por supuesto, para mantener a los niños alimentados y felices. En segundo lugar, me vienen genial para limpiar la nevera de restos y dejarla prácticamente vacía. Antes de salir de viaje, y especialmente si es un viaje más largo, limpio la nevera. No hay nada peor que volver a casa con un frigorífico maloliente. Mi rutina antes de irnos consiste en:
- embalaje de cajas de aperitivos
- tirar sobras que no se han agotado
- regalar lo que se pondrá malo mientras no estamos
- limpiar la nevera
- sacar la basura
Cada caja puede ser diferente dependiendo del niño o adulto. Por ejemplo, a Dani jamás le pondré jamón York, lo odia a muerte, y Guille no probará nada de la caja si ve algo que sea verde. Valeria se come el brazo si se lo dejas cerca, así que con ella soy más feliz.
Realmente no hay límite para lo que podemos poner en las cajas, pero intento que sean alimentos variados y ricos. Si no conocéis las cajas de las que os hablo, son estas y las tenéis en Amazon en este enlace.
Las que a mí me gustan son de cristal y tienen dos o tres separadores, sé que pesan más, pero prefiero la comida en tarros de cristal.
Procuro hacer una buena mezcla de todo y meterles también algo dulce. Intento que durante el viaje, sigan llevando una alimentación ecológica, con productos como frutas, verduras y frutos secos; nunca faltan los quesos, algo de pan, galletas y por supuesto cereales. Además prefiero que todos los alimentos se puedan comer con los dedos, así me ahorro tener que lidiar con el tenedor o cuchara de cada uno de ellos, una cosa menos de la que ocuparse.
Y además no hay que olvidar servilletas o toallitas. Para mí las toallitas húmedas para bebé son imprescindibles en cualquier viaje.
No hay límite para las ideas: saca de la nevera, despensa y armarios todos los productos que pienses que puedan gustar y ser interesantes para tus hijos. Abrir las cajas se ha convertido en su parte favorita del viaje. Créeme, ¡te lo agradecerán!
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