La fórmula secreta para que viajar con niños sea más fácil
¿Qué os parecería si existiese una una poción mágica para que viajar con niños fuera más fácil? Una fórmula secreta que una vez tomada por todos los miembros de la familia, pudiera transportarnos fácilmente a cualquier destino que elijamos en cuestión de segundos. ¡Un silbido y todos estaríamos registrándonos en la habitación de un hotel al otro lado del mundo! ¡Un chasquido de dedos y estaríamos en nuestro siguiente destino listos para reservar restaurante!.
Pasarían a mejor vida los nervios antes de coger un vuelo, el agotamiento que produce el tiempo de espera en los aeropuertos, los traslados…; ese momento en el que estás a 200 Km de casa y te das cuenta de que te has dejado el muñeco preferido de tu hijo y que no dormirá en una semana; las horas delante del ordenador buscando el hotel más barato.
Olvidarnos de todas esas caminatas que nos hemos pegado por las calles de pueblos y ciudades, con un calor insufrible intentando encontrar un lugar decente donde comer en el que quepa una silla de paseo, y que además tenga un menú para niños. Todas esas horas que hemos pasado de pie delante de un mapa con letras minúsculas; o en el coche cuando el navegador te manda en la dirección contraria. Todo esto sería cosa del pasado.
Si pudiera inventar esa poción, sería multimillonaria. Estoy segura.
Aparte de la magia y las pociones, ¿cuál es la fórmula secreta para que viajar con niños sea más fácil?
Pues tengo que deciros que no hay fórmula secreta para hacer un viaje con niños más fácil, lo siento, se que a nadie le gusta escucharlo pero así es, no existe (o al menos yo no la conozco).
No se puede controlar todo en un viaje. Esa es la única verdad. Porque viajar con niños es todo lo que incluye la experiencia; perderse y descubrir esos lugares ocultos que no vienen en la guía. Esos momentos difíciles en los que todo parece tenso y estresante, y cómo pueden disiparse repentinamente cuando vemos un paisaje que nos deja con la boca abierta.
Las risas, los abrazos, las risitas que se escuchan en la parte de atrás del coche; la deliciosa comida que imprime nuestros sentidos; esa caminata que acaba con todos sentados en el suelo comiendo un bocadillo…
Sí, una poción mágica sin duda haría que viajar fuera mucho más fácil, pero ¿dónde está la diversión en eso? Viajar con niños es difícil, pero también muy gratificante. Y todo lo que necesitamos es un cambio de mentalidad.
Si podemos entender que viajar con nuestros hijos nunca será lo mismo que viajar antes de tenerlos, entonces tenemos un 80 por ciento de esa poción mágica. Sí, necesitamos más ‘cosas’, tenemos que ser más organizados, mucho más responsables, no perderlos de vista. También debemos considerar sus necesidades y sus deseos, especialmente cuando crecen y tienen una opinión sobre dónde les gustaría ir.
Pero como padres, tenemos que tener en cuenta todas estas cosas de forma diaria. Si lo pensamos fríamente, no es nada nuevo para nosotros.
Puede que no haya una fórmula secreta para viajar con niños, pero tampoco creo que sea necesaria. Solo debemos asegurarnos de disfrutar juntos, y el resto se hará solo.
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